Ángela, la princesa pies de semillas
¿Sabías
que muy al este de nuestro planeta existe un pequeño Reino llamado Catutis…? En
donde vive una pequeña princesa, la famosa “Ángela Pies de Semilla”… ¿No?
¿Estás seguro?
Bueno,
entonces te contaremos una pequeña
historia, la que cada cierto tiempo es recitaba en todos los rincones del
pueblo, con la cual nadie puede evitar maravillarse por la bravura e
inteligencia de la Princesa.
La
pequeña niña nació con un increíble don que le fue regalado por Magna Mater, La
Diosa de la tierra, un don con el que cada vez que se encuentra descalza y pisa
el suelo, de sus blancos pies caen mágicas semillas, las que a los pocos
segundos germinan y se convierten en hermosas plantas y árboles.
Sus
padres, el rey Nauj y la reina Anitac, querían evitar que su gracia pudiese
dañar a las demás personas, por lo cual contrataron los servicios del mejor
zapatero del mundo, Marco Antonio
Zapatito, un hábil señor que fabricaba calzados a los reyes y reinas más
importantes.
Él diseñaría unos zapatos con dos características muy especiales:
la primera: Debían ser muy hermosos, con estrellas y brillos de todos los
colores, y la segunda, y más importante característica, es que estos debían
estirarse y adaptarse a sus pies cada
vez quede la pequeña cada vez que estos cambiasen de tamaño.
Gracias
al gran trabajo Marco Antonio Zapatito, ella pudo crecer como una niña normal, con su
familia y amigos, asistir a la escuela diariamente sin dañar ninguna casa ni
aposento alguno.
Catutis
es una pequeña ciudad con 299 aldeanos, entre hombres, mujeres, niños, y niñas
además de 18 enormes perros y 6 gatos salvajes.
Las
montañas contaban con un enorme bosque, el que era conocido en todos lados por
el hermoso verde que emanaba del lugar y la gran cantidad de animales salvajes
que Vivian allí.
Lo
que nadie sabía, era que justo en el corazón del bosque habitaba una malvada
bruja… Juanete. A ella no le gustaba la naturaleza, y a propósito dejo de lavar
sus pies por muchos años, tan sucios quedaron que el olor que emanaban era tan
fuerte que a toda la naturaleza le pasaba algo malo, los animales corrían
despavoridos, los arboles botaban cada una de sus hojas, pero quienes más
sufrían eran las pequeñas plantas, puesto que ellas se tornaban de un color
negro, como si de un delgado carbón se tratase.
Esta
hechicera despertaba todas las mañanas a las 5:00 de la madrugada, puntual para
salir a caminar y ennegrecer el bosque.
-
Muy malos días naturaleza, estoy lista para salir a
secar y alejar animales…. ¡soy tan malvada!
Repetía
día tras otro, antes de abrir la puerta e iniciar su egoísta caminata.
Un día de septiembre, la princesa Ángela
paseaba con su fiel amigo, Jirafin, una exótica jirafa que servía a nuestra
amiga tal cual como si de un caballo se tratase. Cuando de pronto de entre
medio de los arboles un sucio conejo salió corriendo despavorido… tan asustado
estaba que chocó de frente con nuestros amigos.
La
niña inmediatamente tomó al pequeño animal en sus brazos y le preguntó:
-
¿Qué pasa
pequeño amigo? ¿Por qué estás tan asustado?
-
Princesa, tiene que ayudarnos, la bruja Juanete esta cada día avanzando
más y más, sus fétidos pies cada día nos están dejando con menos espacio para
vivir y comer. ¡ayúdenos princesa!
-
¿¡Juanete!?...
¡Pensé que era solo una leyenda!
-
No princesa, yo mismo he tenido que salir corriendo 3 veces para no
desmayar por el olor.
La
princesita y Jirafin se miraron, de
inmediato supieron lo que tenían que hacer.
Dejaron
al pequeño conejito al cuidado de
Rebecka, su prima y mejor amiga, en quien confiaba ciegamente, y luego comenzaron su travesía con la
intención de detener a quien tanto daño causaba.
Al
poco andar notaron que el color comenzó a cambiar de verde a negro… eso no era
bueno.
-
Princesa, es hora de que se quite los zapatos y vuelva a la vida a las
pequeñas plantas y árboles, ellos nos ayudarán a limpiar el aire para que
sigamos adelante.
La
niña lo dudó un momento, pues únicamente de descalzaba para lavar sus pies,
pero rápidamente entendió que esta era una emergencia y procedió con su deber.
Al
momento de poner sus pies en la maltratada tierra, semillas de distintas
especies comenzaron a salir y de a poco la naturaleza repoblaba campos y
senderos.
Siguieron
caminando, aunque cada vez con mayor dificultad, puesto que el olor se hacía cada vez más fuerte.
Unas
pequeñas mariposas – agradecidas por lo que estaban haciendo- se posaron en sus narices y aleteaban para
intentar alejar el mal olor.
Llegaron
a un punto en que a pesar de que las semillas brotaban, tan rápido como lo
hacían se convertían en carbón… no había duda, ¡estaban cerca de la casa de Juanete!
Se
asomaron en medio de unos secos árboles y ahí la vieron, en su casa, comiendo
piedras y carbones.
-
Mmmm ¡que delicia! Exclamaba exaltada con cada duro bocado.
Muchos
animales habían comenzado a seguir a Ángela y su amigo… estaban listos y dispuestos a ayudar.
Se
reunieron todos y comenzaron a elaborar un plan, luego de unos minutos, pusieron
manos a la obra.
La
niña se acercó lo que más pudo a la casa y desde ese punto comenzó a lanzar piedra
tras piedra a la puerta de la casa de la
bruja.
Juanete
salió furiosa a ver quién osaba interrumpir su descanso.
-
Tienes que
lavar tus pies, si sigues así, no habrá naturaleza.
-
¿Sí?... Que bueno, ese es mi plan.
-
¡Te lo
ordeno!
-
Nadie me ordena nada, no puedes acercarte y seguiré
todos los días hasta que el mundo sea negro completamente.
A
pesar de que no era la respuesta que esperaban, sabían que era muy probable esa
actitud, por lo que activaron el plan B… Serpientes se lanzaron raudas a sus
manos y pies y la afirmaron fuertemente.
La
mala hechicera en la lucha por desatarse cayó al suelo.
-
¡Rápido, no podré soportar mucho tiempo! Cof cof! Ahhhhgggg… gritaban asqueadas las serpientes que
sujetaban las piernas.
De
inmediato las aves comenzaron a lanzar agua desde el cielo a los pies de
Juanete, y pequeños gusanos masajeaban para limpiarlos profundamente.
A
los pocos minutos el aire se sentía más limpio, su plan era exitoso.
Antes
de soltarla, la princesa pies de semilla tomó sus zapatos y los colocó en los
pies de la bruja.
-
Es un
regalo para ti, te serán útiles
-
¡Nooooooo! ¡Mis pies! ¡Mira lo que hiciste! ¡mira mis
pies! ¡mis zapa…. Mis zapa…. Vaya que son lindos!
La
bruja no podía para de mirar lo preciosos que eran.
Ahora
las semillas saltaban de los pies de la pequeña y se convertían en robustos
árboles y lindas plantas… a esta altura la bruja ya no era un peligro.
Jirafin
y su amiga volvieron a casa. Sus padres volvieron a contactar a Marco Antonio
Zapatito, quien le haría unas aún más hermosas sandalias.
¿Qué
paso con la bruja?
A
Juanete sigue sin gustarle la naturaleza, continúa queriendo ver el mundo
negro, pero tiene una decisión muy difícil que hacer: Secar la naturaleza o
quitarse esos lindos y maravillosos zapatos que tanto le gustan, y mientras no
lo decida, plantas y animales pueden vivir tranquilos.
Todo
el pueblo sabe que Ángela y Jirafin son valientes héroes, desde aquel día su
historia no para de contarse y enorgullecer a todo quien los conoce.
Han
pasado muchos años desde aquella aventura, y los dos valientes amigos caminan
llevando sus mágicas semillas por ese y otros bosques… importantes reyes ruegan
para que les ayude a repoblar con árboles en donde les haga falta, y ellos no
dudan en hacerlo, pero saben que siempre deben estar atentos por si algún día
la bruja Juanete cambia de opinión y vuelve a dañar al bosque.
Sí eso pasa, ellos volverán a defender la
naturaleza con todas sus fuerzas, ayudados por los animales, bichitos, plantas y por supuesto
los mágicos piececitos de “Ángela, la princesa Pies de Semilla”.
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