La pincoya



La historia cuenta que ….

Hace mucho tiempo atrás, en la isla de Chiloé, vivía una preciosa mujer llamada Huenchula, y cierto día esta mujer conoció al millalobo. “El rey del mar”.

Ambos se enamoraron, se casaron, y se fueron vivir juntos a las profundidades del océano. 

Mi abuelo me contaba esta historia y me decía que:  pasó entre un año, talvez un año y medio, hasta que: fruto del amor que había entre el Millalobo y Huelchula, nació una preciosa niña, a la que llamaron: Pincoya.

Huenchula estaba muy contenta con su niña, estaba muy feliz y quería compartir… quería compartir esa felicidad con todo el mundo, pero especialmente quería que sus padres…que sus padres en la tierra conocieran a esta pequeña…y fue así que un día, decidió ir a visitarlos, y salió desde las profundidades del océano, salió con su hija en sus brazos… la pequeña estaba envuelta en algas y caracolas.

Cuando llegó a la casa de sus padres, ellos también estaban muy contentos, estaban muy emocionados, pues… también tenían muchas ganas de conocer a esta niña…

Sin embargo, Huenchula les advirtió: que Pincoya era, y seria siempre hija del Millalobo, por lo tanto: La magia siempre estaría en su vida, y que ellos no debían sacar las algas de su cara, pues cosas horribles podían suceder.

Los abuelos de Pincoya entendieron…. Sin embargo, cuando Huenchula fue a buscar algunas cosas, a ellos les empezó a picar el cuerpo de tan curiosos que estaban por conocer, por admirar la carita de esa preciosa bebe que tenían en frente.

Fue asi como el abuelo, levantó un poquito de algas, y vio un precioso ojito…. Era muy hermoso… ¡PERO ADIVINEN QUE PASÓ! nada, no pasó nada.
Entonces, levantó un poquito más, y vio ¡una naricita preciosa! …. ¡Y ADIVINEN QUÉ PASÓ!

Tampoco pasó nada, entonces, como nada sucedía, siguieron sacando y sacando algas, hasta que la carita de la niña quedó, completamente descubierta.
¡y por fin pudieron admirarla! pensaron que era, una de las niñas más hermosas que jamás habían visto.

Estaban muy contentos, y Pincoya parecía también estar muy contenta pues… pues sonreía con mucha alegría.


Pero como sabemos esta historia no termina aquí… cuando Huenchula volvió,  y vio lo que habían hecho sus padres, se puso muy nerviosa… preguntándoles, porque lo habían hecho.
Pincoya al ver a su madre asustada se puso a llorar…y cuando se puso a llorar, comenzó a convertirse en agua… a deshacerse, como si de un hielo en verano se tratase.

Huenchula la tomó, muy angustiada, con mucho miedo, y partió corriendo hacia el mar… y cuando llegó a la orilla, depositó lo que quedaba de Pincoya en las aguas.

Ella se sumergió en el mar, y fue rápidamente a contarle lo que había pasado a su esposo, el Millalobo.

Pero el Millalobo era… era muy inteligente y además sabia todo lo que pasaba en el mar… y ya sabía lo que había pasado con Pincoya.

Cuando Huenchula, y el Millalobo se encontraron, ella no sabia que decirle…. Tenía su cara… desarmada.


Sin embargo, el Millalobo le dijo: 

- ¿Por qué estas tan triste mujer? Mira atrás, mira hacia atrás, ¡te tengo una sorpresa!

Huenchula, que estaba muy triste, miró hacia atrás, y ¡no podrán creer lo que ella vio!

No solamente, el Millalobo había salvado a Pincoya, sino que además la hizo crecer y ahora era una jovencita muy hermosa.

Desde entonces, la Pincoya habita el mar, es un espíritu benigno, es decir, de esos espíritus que hacen el bien.

 Cuando una barca de pescadores es atrapada en una tormenta, la que calma los ánimos es la Pincoya. Cuando hay problemas para llegar a la costa, es la Pincoya la que muestra el camino de vuelta. 

Cuando alguien naufraga, es la Pincoya, junto a sus hermanos, el Pincoy, y la Sirena quienes ayudan a los náufragos a llegar sanos y salvos a tierra firme. 

Sin embargo, estos tres hermanos, no siempre llegan a tiempo, y cuando no lo hacen, toman los cuerpos de las personas que han naufragado y las dejan en el Caleuche, el buque fantasma habitado por los seres que jamás dejaran el mar. 
Las noches de luna llena, noches de promesa son pues:


La Pincoya bailará a las orillas del mar. 

Y si lo hace de espaldas al océano, habrá escasez de peces 
Pero si baila mirando las aguas, habrá abundancia de peces y mariscos. 
Pero si tú, tienes la suerte de verla bailar, no te olvidarás de mí, pues magia tendrás, magia por toda tu vida.



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