Dicen, que muy antiguamente la gente aymara tenia un don especial, uno tan magico, que no me lo vas a creer, pues cuentan, dicen que ellos podían encontrarse y conversar con las estrellas.
De allí que cuentan que en aquellos tiempos, en las cercanías del Lago Titicaca, en la temporada en que las chacras empezaban a entregar sus primeros productos, allí cierto dia, un joven aymara noto que por las noches alguien arrancaba las matas de las papas, y, como era su responsabilidad cuídalas, una noche muy particular, en que la luna se encontraba enorme, casi besando la tierra, y brillante como los ojos del sol, decidió esperar al ladrón en medio de las plantaciones.
Se oculto tras una enorme planta de papas, y espero pacientemente…. Pasaron las horas… y En algún recoveco de la noche pensó que el ladrón ya no aparecería, y cuando se aprestaba a volver a su hogar, cansado, con enormes ojeras, vio algo que lo hizo refregar sus ojos, pensando que quizás, estaba en el mas profundo de los sueños.
A lo lejos se divisaban varias jóvenes a las que nunca había visto, y una vez repuesto, y seguro de que no estaba soñando, corrió intentando apresar a todas esas ladronas de papas.
No tuvo tanta suerte como pensó, solo podía mirar impotente como una tras otra escapaban y desaparecían en el horizonte, sin embargo, cuando estaba pronta a escabullirse la ultima de las jóvenes, ella tropezó, cayendo al suelo, siendo atrapada por el joven. Ambos, tímidos ser miraban sin pronunciar palabra alguna.
Pensó en dejar escapar a la hermosa mujer, pero necesitaba que el ladrón, o la ladrona de papas, dejará de robar su preciado alimento, así, se pusieron en marcha en dirección al mallku,
Ya era casi de amanecer, y mientras caminaban, timidos, sin hablar, y casi sin mirarse, la muchacha,
comenzó a brillar, y de un momento a otro, se convirtió en una pequeña ave dorada, volando rápidamente en dirección a las estrellas, que resultaron ser las otras jóvenes que escaparon en el horizonte.
El hombre no podía creer lo que estaba viendo, nuevamente paso por su mente la idea de que se trataba de un sueño, empapó su cara con agua fría, y al entender que lo que había vivido era real, muy real, se dirigió a su hogar, mientras intentaba no olvidar aquel rostro que al parecer, había robado su corazón.
Al día siguiente, desesperado, fue donde el cóndor y arrodillado le suplico que le llevara donde las estrellas que habían huido de la tierra… entonces el cóndor lo miró fijamente, y al ver que no podía persuadirlo de quedarse en la tierra lo tomó con sus garras, y condujo a donde estaba la joven estrella.
Al llegar al cielo, , ambos se reconocieron inmediatamente, y ya no querían volver separarse
Vivieron juntos entonces , y el joven era alimentado con un delicioso y dorado grano llamado quinua.
Y dicen que pasó mucho tiempo, hasta que cierto día, un día cualquiera, un dia como hoy, el joven quiso regresar a la tierra, solo por un momento para ver a sus padres, pues los extrañaba mucho.
La estrella,que ya no podía bajar a la tierra, envió quinua de regalo, la cual, hasta ese momento era desconocida en la tierra. Desde entonces se siembra la quinua para que sirva de alimento al aimara, y los jóvenes aún están en el cielo como dos estrellas que se amaron ayer, se aman hoy, y se amaran siempre.
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Puedes ver y escuchar esta historia en formato de video, con narracion, haciendo clic en el enlace a continicacion, (serás redirigido a Youtube). El origen de la Quinua, mitos y leyendas Aymaras
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