EL origen del Crespín, leyenda del Chaco, Argentina

 Cuenta una antigua leyenda, que hace muchísimos inviernos atrás, en la provincia del chaco, Argentina, vivía un campesino llamado Crespín, un hombre bueno y trabajador.

Su vida era tranquila, siempre sembrando y cosechando, cosechando y volviendo a sembrar.

 Pero…. Este hombre, estaba casado con Durmisa, una linda mujer a la que no le gustaba mucho el trabajo de su esposo, por el contrario, lo aborrecía, ella más bien disfrutaba de las fiestas, la música y sobre todo el baile. 

Cada vez que se enteraba de alguna fiesta, asistía, y bailaba hasta el amanecer. 


Cuentan Un año de abundante cosecha, Crespín tuvo que trabajar de sol a sol para poder terminar la siega y la trilla. 

Los días parecían eternos para él pero debía terminar su labor lo más pronto posible. 

Resulta que, una de esas agotadoras tardes llegó a su rancho muy cansado, dolorido, y enfermo, el enorme esfuerzo realizado, estaba literalmente acabando con él …  


Cuando volvió a su hogar, Durmisa, lamentablemente no le prestó atención ya que se encontraba, como siempre, bailando feliz de la vida. 


Crespín estuvo muchas en su cama convaleciente, sin fuerzas para moverse, hasta que en cierto momento, se levantó, y fue donde su esposa, a la que  le suplicó  que fuese al pueblo en busca de medicinas, necesitaba sentirse mejor, para volver pronto a la siega y trilla. 


Durmisa, por un momento se detuvo y, de, muy mala gana, se fue hacia el pueblo en busca de los medicamentos, sin embargo, en el camino vio que en un lugar estaban de fiesta, los vecinos del pueblo celebraban el fin de la temporada de la cosecha, entre música, bailes y bebidas. 

En el momento que La esposa de Crespín escuchó que sonaba una alegre y contagiosa canción, no pudo contenerse y se quedó a bailar entre la multitud.

Entre bailes y más bailes, Durmisa se olvidó de su esposo enfermo. 

Luego de varias horas, unos vecinos que conocían a Crespín se acercaron a ella para avisarle que tenía que volver al rancho a ver a su esposo ya que se encontraba moribundo.

Ella casi no los escuchó, y  les respondió que la vida era demasiado corta para bailar y muy larga para llorar, entonces siguió bailando sin preocupación alguna. 

Cuando terminó la gran fiesta, ya al amanecer, Durmisa regresó a su hogar y no encontró a Crespín, lo buscó desesperada por toda la casa, gritando ¡Crespín…Crespín!, y su esposo no respondía, no estaba allí. 

No se conformó con buscarlo en su hogar así que partió hacia los trigales, invadida por el remordimiento, y, con el corazón lleno de angustia continúo llamándolo. ¡crespín, crespín!

Pero pasaban y pasaban  las horas y su voz poco a poco comenzó a apagarse, ya no podía seguir gritando a los cuatro vientos, ¡Crespín!, ¡crespín! …  y, sin saber que hacer, llorando le suplicó a Dios que le diera alas para facilitar su búsqueda, sin saber que Crespín ya había muerto y unos vecinos lo habían velado y enterrado. 

Es por ello que la leyenda chaqueña cuenta que a Durmisa le crecieron alas y se convirtió en un solitario pájaro que, hasta el día de hoy, sigue buscando a su esposo, mientras canta ¡Cres...pín...Cres...pín! desde las ramas de los árboles, esperando algún día volver a encontrarlo.





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Video EL origen del Crespín, leyenda del Chaco, Argentina


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