EL primero de ellos era Illimani, gobernador el inmenso norte.
Y resulta que ese rey, Illimani tenía un hijo, un hijo al que llamó Astro Rojo gracias a que el día de su nacimiento, apareció en el cielo una enorme y brillante estrella rojiza.
El segundo rey era Illampu, dueño del sur y los Yungas, coincidentemente este rey también tenía un hijo: Rayo de Oro, llamado así gracias a una radiante estrella dorada que apareció justo el día de su nacimiento.
Ambos reyes Incas, al igual que sus hijos, habían nacido bajo el augurio de sus respectivas estrellas, cuyo resplandor crecía al aumentar la prosperidad sus imperios.
Pasaron muchos años en una aparente armonía entre ambos reinos, en una aparente paz… pero eso cambiaria… dicen que llegó la época, en que ambos reyes comenzaron a sentir envidia por el brillo de la estrella del otro.
Es decir, Illimani comenzó a sentir envidia de la estrella de Illampu, e Illampu sintio envidia del brillo de la estrella de Illimani.
Así se fueron alejando el uno del otro… y el otro del uno…. Hasta que, hasta que llegó el triste día en que lo peor que podía suceder… sucedió: Illampu decidió acabar con Illimani y en un enojo sin precedentes, le declaró la guerra.Cuentan que Ambos pueblos combatieron sin piedad durante varios días, hasta que finalmente los dos monarcas quedaron tendidos en medio del campo de batalla heridos de muerte.
Pero ni la pronta muerte los hizo recapacitar.
Pues, cuentan, que cuando estaban prontos a morir, cada soberano llamó a su hijo, cada rey, obligo a su heredero a jurar venganza, a jurar que no descansaría, no descansaría hasta haber eliminado al imperio contrincante.
En un principio ambos príncipes se negaron, nunca entendieron los motivos para que dos prosperas naciones se enfrentaran a muerte… pero fue tanta la insistencia de sus padres, tanta… que no les quedó otra que acatar su voluntad y así, continuaron luchando con todas sus fuerzas.
Hasta que… tal cual Como sucedió con los obstinados Illampu e Illimani, ambos jóvenes quedaron también heridos de muerte, uno, al lado del otro.Sin embargo, el final de ambos seria distinto, ya que los nobles príncipes, en lugar de pedir venganza, se dieron un abrazo como muestra de perdón.
Pero esta historia no termina aquí…
Cuentan que en el momento en que ellos se abrazaban, desde lo profundo de la tierra se escuchó un gran estruendo, parecía que un terremoto terminaría con toda la humanidad… pero eso no fue así, pues, pronto emergió la figura de una gran mujer.
Era, nada mas y nada menos que la Pachamama, quien, molesta con Illampu e Illimani, hizo caer del cielo sus dos estrellas que fueron a dar contra las rocas de los Andes, convirtiéndolas en dos masas inertes y opacas sin más brillo que la blancura de su nieve, esas dos enormes masas aun se pueden ver en el altiplano, las montañas llamadas illimani e Illampu , las más altas de la región.
Conmovida por la actitud de los príncipes, les dijo que una vez muertos la luz de sus estrellas se convertirían en el símbolo de un pueblo, un pueblo que más tarde viviría en esas tierras.
Cuando murieron los jóvenes, sus cuerpos quedaron sepultados bajo la nieve de las montañas de sus padres.
Los espíritus de Illampu e Illimani, que ahora permanecen en las montañas no pudieron soportar la culpa, y al poco tiempo comenzaron a llorar, arrepentidos del daño causado a sus hijos…
Dicen que sus lágrimas iniciaron el deshielo, y con esa pura y cristalina agua se logró dar vida a la tierra que guardaba la tumba de los dos príncipes.
Desde ese lugar brotó por primera vez una verde y enmarañada planta que cuando llegó la primavera se cubrió de color rojo y amarillo, formando una bella, frágil y majestuosa flor tricolor, la kantuta.Siglos después, como lo había anunciado la Pachamama, surgió un pueblo que tomó esa flor y esos colores como sus símbolos, símbolos de un hermoso, único y grandioso pueblo llamado Bolivia.
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