oscura de una tétrica gárgola de aspecto humano.
Al parecer, no siempre estuvo la gárgola en ese lugar, sino que apareció cierto día de un extraño y siniestro modo que te contaré a continuación.
Dicen, hablan, que Hubo en aquella localidad una mujer de quien se aseguraba que era bruja, sí, bruja, capaz no solo de convertirse en gato, en cuervo y en sapo, animales a los que muy a menudo se veía merodeando su vivienda, sino que era capaz también de formular hechizos que producían entre sus vecinos muy poderosos males de ojo.
Más de alguno de los asustados habitantes de aquel pueblo, aseguró haberla visto volar sentada en una escoba mientras cantaba esa canción que tanto les gusta entonar a las brujas:
Lunes y martes y miércoles, tres;
jueves, y viernes, y sábado, seis.
El colmo de sus malas artes, de su maldad era que, por las noches, absolutamente todas las noches iba a lanzar piedras contra la catedral mientras entre murmullos injuriaba a los santos apóstoles, a san Miguel, a santa Elena y hasta a Nuestra Señora de la Predela, es decir, a todos los santos y vírgenes objeto de culto y exaltación en el templo.
De todas las maldades de la bruja, parece que este diario apedreamiento de la catedral era lo que más le molestaba a Dios, quien, cierto día, cansado de las agresiones y blasfemas de aquella malvada mujer, decidió castigarla, y habló:
“Piedras tiraste, piedras tirarás, y en piedra te convertirás”
Y desde aquella fatídica noche la bruja quedó convertida para siempre en una enorme y sombría gárgola de piedra que jamás, jamás podrá librarse de su terrible castigo.
Puedes encontrar esta historia en formato de video en el siguiente enlace: (serás redirigido a Youtube)
La bruja castigada de Girona (España)
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