La caja de pandora, mito griego

Cuenta una vieja historia, que cierto día, Zeus, el gran Dios del Olimpo, se encontraba enfurecido con Prometeo luego de que este robase el fuego para entregárselo a los hombres.

El gran dios del cielo y el trueno no iba a consentir que los hombres se comparasen con los Dioses, fue entonces cuando, lleno de sentimientos de ira y venganza decidió llamar a su hijo Hefesto, el dios herrero del Olimpo y le ordenó que en su fundición creara una de las mejores criaturas que jamás haya creado, la más bella en su especie, digna de todo clamor, y que fuese capaz de poner a sus pies a cualquier hombre, pues esa creación sería enviada como castigo al atrevido e insolente Prometeo.

Dicen que Hefestos no cuestionó a su padre, pues jamás lo hacía, y pronto comenzó a amasar y amasar delicadamente un trozo de greda, y dándole forma con una delicadeza extraordinaria, poco a poco, consiguió crear a una hermosa mujer, tal cual como su padre le había encomendado.


Dicen que cuando estuvo terminada la llevó con Zeus, y este rápidamente la presentó a los demás dioses, y les pidió a cada uno que le regalasen un don
a aquella mujer.

Fue así entonces como Afrodita, la diosa del amor y la belleza, le puso reflejos dorados en los cabellos y le dio suavidad de seda en la piel, Atenea le regaló inteligencia, astucia y capacidad para comprender todas las cosas, Artemisa le obsequió juventud eterna, Hermes la elocuencia… y así continuaron todos los dioses entregándole un don a la joven, a quien, finalmente, al verla llena de dones, decidieron llamarla Pandora: La mujer de todos los dones. 

Dicen que Zeus, el todopoderoso fue el último en enviarle un regalo, y lo hizo por medio de su hijo mercurio, pero antes le advirtió que aquella caja no debía abrirla ni él ni pandora, ¡bajo ninguna! ¡Ninguna circunstancia! 

Así pues, el hábil mensajero Mercurio le entregó a Pandora aquella misteriosa caja junto con esa inquietante advertencia.

Recordemos que cuando Zeus mandó fabricar a Pandora, lo hizo con el fin de dársela a Prometeo como castigo por haberle robado el fuego y haberlo entregado a los hombres. 

Sin embargo, Prometeo, era un joven astuto, y sospechando del plan de Zeus, simplemente rechazó a Pandora, quien fue entonces donde su hermano Epimeteo, el cual, al verla, se enamoró de inmediato. 
Al saber esto Prometeo le rogó, le suplicó a su hermano se olvidase de ella, pues, era seguro que Zeus le había preparado una trampa.

Epimeteo lo pensó un momento, y sabiendo que su hermano jamás le haría daño, resignado le juró olvidarse de aquella mujer.

Más cuando estaba pronto a hablar con ella, a decirle que el amor entre ellos no podía ser, recibió de las finas y hermosas manos de la mujer, aquella peligrosa ca
ja.

Ella lo miró fijamente, y con delicadeza le dijo que esa caja era un regalo del gran dios del cielo y el trueno, pero que ni el ni ella debían abrirla jamás.

Epimeteo se perdió en los ojos de la joven, y pensó que nada malo podría suceder si estaban juntos. 
Así, aún desorientado por el deslumbramiento que le había producido la bella mujer, olvidó el juramento hecho a su hermano Prometeo, y finalmente se casó con Pandora.

Sin embargo, y aquí cambia la historia, pues entre tantos dones que poseía la mujer, también poseía la curiosidad, y no dejaba de preguntarse qué misterios o que tesoros había en aquella caja.

Tanto, tanto se lo preguntó, que cierto día, mientras su esposo no estaba, ella buscó la llave loca e insistentemente en todos los rincones de su hogar, hasta que finalmente dio con ella, abrió esa caja.

Fue ahí cuando Pandora supo que había sido utilizada por Zeus para vengarse de Prometeo y los hombres, pues, desde esa pequeña caja salieron los más terribles males y miserias de la humanidad, enfermedades y dolores para debilitar el cuerpo humano…envidia, despecho, venganza, todos los males reunidos ahí para envenenarles el alma a los hombres, la que hasta ese momento era pura y solidaria.


Atemorizada viendo como la oscuridad se escapaba, trató de cerrar la caja, pero no pudo, desesperada, comenzó a suplicarle que se cerrase, pero aquellos males seguían esparciéndose y escapando por todos lados.
Una vez que salieron todos los males, asustada, Pandora se asomó a la cajita y en un rincón vio que había una pequeña pero brillante luz, la que no se apagó a pesar de estar rodeada de oscuridad. Esa luz, esa luz representa la esperanza, la que, desde entonces nos ayuda a soportar los males que se extendieron, desde aquel día, por toda la tierra. 



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Puedes encontrar esta historia en formato de audiocuentos en el siguiente enlace (Youtube) La caja de pandora, mito griego.

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